miércoles, 14 de enero de 2015

Día 14 de Enero de 2015. SIEMPRE NOS ENCONTRAREMOS


SIEMPRE NOS ENCONTRAREMOS



Ella se mudaba de casa. Hacía tiempo que no revisaba su disco duro portátil, y quiso echarle un vistazo. La documentación guardada era tremenda, entre proyectos de trabajo, escritos personales y fotografías, sus ojos se detuvieron en un archivo que guardó hacía ya casi un año. Lo abrió y todo le volvió a la mente, y su corazón se volvió a resentir, sintió como aún esa herida sangraba. Era el único poema de él que había guardado, le había escrito muchísimos pero los borró todos para evitar sufrir de nuevo. Él no sólo le regaló esos poemas, le regaló la noche de amor más alucinante de su vida. Aún recordaba lo nerviosa que se sentía, jamás se habían visto sólo por las redes sociales. Y jamás se imaginó que conectaría con él de esa forma, pues ambos sólo se vieron para conocerse, sin la idea de llegar a algo más, ya que ambos tenían sus propias vidas y familias. Aún recordaba aquel abrazo único e irrepetible, su maravillosa sonrisa y esos ojos pardos que la inundaron de esa sensación de familiaridad que sólo se tiene con los espíritus afines. Tras una agradable velada en un restaurante, pasearon por la ciudad, no podían dejar de tocarse, de tomarse de las manos y de mirarse como dos almas que llevaban cientos de años sin verse. "No sé que me pasa contigo, Isabel" le dijo abrazándola. Ella estaba flotando entre sus brazos " Yo tampoco sé lo que es esto" y se aferraba aún más a él. Se fueron justos hacia el hotel que habían reservado, cada uno tenía su propia habitación. Cuando llegaron a la habitación de ella todo dio un giro de ciento ochenta grados, al abrazarse y darse un beso en la mejilla para despedirse las bocas por accidente se unieron... Un fuego que había estado dormido durante siglos en vidas anteriores estalló en ambos corazones. Entre besos y besos entraron en la habitación, y la ropa fue cayendo en cascada, en un abrir y cerrar de ojos estaban desnudos sobre la cama. Él sabía donde tocarla,como acariciarla, como besarla hasta llegar al éxtasis supremo y ella también sabía como amarlo, era como si se conocieran desde siempre, como si hubieran estado separados en el tiempo y ahora la vida les entregaba ese maravilloso regalo. Se amaron de tal forma que entre gemidos de amor y suspiros, sus almas conversaban. 
" ¿Sabes cuanto tiempo te he estado buscando?" "¿ Cuantas vidas sin verte?" la voz de él era ronca " ¿y tu sabes cuanto tiempo te he estado esperando?" le respondió ella con otra pregunta. "Estoy cansado amor, muy cansado, cansado de venir una y otra vez y no tenerte, te amo tanto... tantísimo"  y ella le respondió "Amor pactamos esto, desde el plan del alma, amor sabes que a partir de ahora siempre nos encontraremos, siempre". Y fundidos, haciendo el amor una y otra vez, sin desaliento, eran como dos volcanes dormidos que habían despertado, ese fuego jamás podría extinguirse pues pertenecían a la misma llama divina. Enredados entre las sábanas con sus cuerpos enlazados llegó la aurora. 
Ese recuerdo la sacudió de los pies a la cabeza, su tristeza se atenuó porque ella y él sabían que siempre se encontrarían, sus almas pactarían encontrarse en cada vida hasta que terminaran su aprendizaje y cuando eso sucediera nunca más se separarían.



© LOLA SÁNCHEZ



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