viernes, 20 de febrero de 2015

Día 14 de Febrero 2015. SAN VALENTIN.



SAN VALENTIN


Nuria, se preparaba para ir a la cena de San Valentin. Se había puesto su vestido favorito, rojo pasión, llevar una prenda de ese color representaba el amor. Se retocó los labios antes de salir de casa. Y dando un paseo tranquilo sobre unas calles mojadas de un frío febrero, llegó al restaurante de siempre, su mesa ya estaba preparada. No le faltaba ningún detalle. La vela en el centro con un par de Rosas. Habían muchas parejas alrededor celebrando ese día tan especial. Ella sólo esperaba la carta. Un atractivo camarero le entregó el sobre y con suma amabilidad le tomó los datos de la cena. Él estaría en el otro lado del mundo haciendo lo mismo que ella, cada año quedaban en el mismo sitio, se mandaban indicaciones para cenar los dos juntos, a pesar de la distancia de miles de kilómetros, para ello usaban las redes sociales. Este era el tercer año que lo hacían. Era un amor especial y único, jamás se habían visto, sólo hablaban una vez a la semana por teléfono, y las nuevas tecnologías las usaban, pero siempre para San Valentin hacían algo diferente, y este año la citación sería por carta ordinaria. El camarero volvió, no debía abrir la carta hasta terminar de cenar. Estaba super nerviosa "¿Qué esperando a su amado?" ella lo miró extrañada, en los dos anteriores años jamás un empleado de ese establecimiento le había preguntado nada. El caso era que ella agradecía la pregunta, así mataba sus nervios. "Mi amado viene en esta carta" le respondió con orgullo, " Pues me parece que su amado es un completo estúpido, no comprendo porque no viene en persona, usted posee la sonrisa más bonita que he visto en mi vida" ella se quedó sin palabras,  intentaba ligar con ella, "Gracias por el cumplido, pero resulta que él está en el otro lado del mundo y no tenemos otra forma de estar juntos, por ahora..." éste insistió "lo siento, señorita, pero sigo pensando que es un completo idiota", ella se puso a la defensiva " Pues si lo vuelves a insultar me quejaré ante su superior por ser un grosero" la sonrisa de él y su mirada de pícaro la enfureció mucho más. Cómo se atrevía a juzgar a alguien que ni siquiera conocía y a meterse donde no le importaba. Comió poquísimo, estaba demasiado ansiosa por abrir la carta, y en apenas media hora había terminado de cenar. Aún le quedaba el postre. El insoportable regresó para retirarle los platos. "¿ Aún no has abierto a su amado?" preguntó con esa arrogante expresión que ella empezaba a odiar. " No pienso abrirla delante de usted, es más no la abriré hasta que no desaparezca de mi vista" la sonrisa de él se evaporó y se puso muy serio "Mis disculpas, señorita, me retiro de inmediato"  y desapareció entre las puertas de la cocina. Ella suspiró aliviada, por fin se había quitado a ese pesado de encima. Con manos temblorosas abrió la carta, había otro sobre dentro, cerrado, con la indicación "Abrir al final"
"Mi luna, de nuevo este es nuestro tercer año cenando en la distancia, es duro tenerte lejos de mi, cada vez es más complicado, pero sé que el tiempo nos dará la oportunidad y por mucha distancia y obstáculos que nos imponga la vida, sé que terminaremos juntos, y sé que el día que nos veamos cara a cara está muy cerca. No he querido que nos vieramos por Webcam, porque mi intención era que te enamoraras de mi por lo que soy, al igual que yo de ti, no por el físico. Hoy es un día especial, y por eso mi regalo de San Valentin está en este sobre. Sí, no te preocupes, sé que el camarero que te está atendiendo es un auténtico capullo, (ella soltó una carcajada, en voz alta, al leer aquello) lo sé porque hablé con él antes de que la carta llegara a tus manos. En el sobre está tu postre. Ábrelo y disfrútalo. Mientras ella abría el sobre el insolente sirviente se acercó a la mesa," Señorita, ¿Qué desea de postre?" ella lo ignoró, hasta que fijó sus ojos en el contenido del sobre. Él le enviaba una fotografía para que ella supiera por fin como era su aspecto físico. La foto cayó al suelo, "¡Dios! estaba delante de ella" había cruzado medio mundo para verla y hacerle el regalo más hermoso de San Valentin. Él al ver que lo reconocía le sonrió como al principio, y a ella le pareció el hombre más atractivo del planeta, tanto que se levantó, lo abrazó fundiéndose a él en el beso más devastador que un hombre pudiera recibir de la mujer que amaba. Y el sorprendido fue él, ese fue el regalo de ella, un presente que a ambos se les quedó grabado de por vida en sus almas.


© LOLA SÁNCHEZ

No hay comentarios:

Publicar un comentario