sábado, 21 de febrero de 2015

Día 16 de Febrero 2015. EL PRIMER BESO.




EL PRIMER BESO

Miriam recordaba, aquel increíble verano, y como todos los periodos estivales la magia podría surgir. Sus padres habían decidido irse de vacaciones a la costa, sólo por una semana. Había cumplido catorce años en junio, se sentía incomprendida, y aislada del mundo. Sólo quería estar sola, pues no soportaba a la mitad de sus conocidas, todo el día conectadas en las nuevas tecnologías que ella sólo usaba para leer y estudiar. Sólo tenía una amiga igual que ella, eran las raritas, las frikis, se sentía que no encajaba en el mundo. Sonría al verse ahora ya adulta y rememorar aquella semana era hermoso. Siempre llevaba un libro encima, y pasaba horas y horas en la sombra sumergida en los mundos literarios. Le gustaba el sonido de las olas del mar, pues la ayudaban a soñar y a sentir más esos personajes que se apoderaban de ella como auténticas posesiones demoniacas. Hasta que una tarde paseando por la orilla decidió adentrarse para estar totalmente sola en una cala. Sí, todo parecía en calma y la soledad del lugar la reconfortaba. Se puso a leer absorta en una escena donde aparecía un hermoso chico desnudo en la playa, la autora lo describía de tal forma que la dejó sin respiración, fue su primera experiencia sexual que se acentuó cuando alzó la mirada para ver el sol como se sumergía bajo el mar como una hermosa gema oro rubí. Lo vio salir del agua, tendría más o menos su edad, y era igual que lo que acababa de leer. Su corazón se le iba a salir por la boca, dios, ese personaje existía de verdad, allí estaba, ajeno a su presencia. O por lo menos eso se creyó ella al observarlo casi oculta del sobresalto que se llevó. El chico se envolvió en su toalla y miró hacia donde estaba ella. Le entró el pánico y salió corriendo, sin darse cuenta que se había dejado el libro allí. A la mitad de camino se volvió no podía dejar su libro allí, y menos sin saber el final. Y mientras se acercaba, lo vio, ella se quedó parada, él llevaba su libro. En ese instante quiso que la tierra se la tragarse estaba como una amapola. Él llegó a su altura 
" Me lo leí hace unos meses, el final lo esperaba de otra forma, pero me gustó" le dijo entregándole el libro. Ella no se podía creer que un chico como él leyera, y que encima le gustara. "Gracias" fue lo único que pudo salir de su boca."Soy Juan, supongo que está aquí de veraneo, si quieres podemos quedar mañana a la misma hora en la cala para hablar de libros, si te apetece". Y claro que le apetecía, y así fue, al día siguiente se volvieron a ver, y al otro, y al siguiente. Hablar con él era lo mejor del día. Hasta que llegó su partida. "Mañana te vas, ¿no?" él la miraba con suma atención "Sí, Juan, quiero que sepas que me ha encantado conocerte y haber compartido estos días contigo" ella apenas lo miraba a los ojos sentía mariposas en su estómago cada vez que lo hacía. "No te han besado nunca, ¿verdad?" al mirarla sus mejillas parecían dos rosas rojas "Veo que no, Miriam ¿ Quieres que te bese? porque yo me muero por hacerlo y más al saber que no te veré nunca más", nerviosa le respondió " Bueno estaremos en contacto por internet y..." él  la besó sin esperarlo, fue un beso que ahogó sus palabras, al separarse fue ella la que lo buscó de nuevo con sus labios y esta vez sus lenguas se enredaron y fue mucho más profundo. El primer beso es incómodo y maravilloso, como la primera vez que te lanzas al agua de una piscina, te da miedo y a la vez te atrae. Una vez que lo haces ya no puedes parar, y siempre desearás que te vuelvan a besar, pues es la droga más fuerte que existe, y Miriam lo supo desde aquel primer beso, ese que jamás pudo olvidar en la vida, ni al chico de la playa. Ahora ese recuerdo hacía que resurgiera de sus cenizas, y más porque de nuevo se volvían a encontrar con Juan, tras muchos años sin verse, ¿ volverían a besarse? ella lo esperaba como agua de mayo.


© LOLA SÁNCHEZ

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