domingo, 12 de abril de 2015

Día 13 de Abril de 2015. LA TRAVESÍA DE UN VERANO.




LA TRAVESÍA DE UN VERANO


Entre las sábanas de una mullida cama de un hotel, Luna permanecía con los ojos cerrados, su respiración entrecortada, agitada, oleadas de calor la recorrían de los pies a la cabeza, una fiebre que jamás había olvidado. Era increíble como la vida te pone en el camino lo que no terminó. La respiración de dragón de su Sol, la hacía temblar y titilar como las estrellas en el firmamento. Ahí estaba él, de nuevo, donde lo habían dejado. Como si el tiempo hubiera hecho un extraño margen, un espacio que los separó en varios años, donde la incertidumbre se sembró en muchas ocasiones en sus corazones. Habían estado separados durante ese tiempo, y había sido como estar en otro mundo, pero ambos no se pudieron olvidar. Como olvidar tener entre los brazos a alguien a quien amas con el alma y no poder entregarte, como olvidar una noche abrazado al paraíso. Ella a penas en aquella ocasión lo pudo mirar, él la devoró en aquel momento grabando en su memoria cada centímetro de su piel. Ella guardó sus ojos pardos, sus besos únicos, sus dulces caricias, su voz de ángel. Él se recreó en sus hermosos pechos, en su vientre plano y en su cálido vientre, se perdió en su iris esmeralda, y sólo durmieron entrelazados, sin amarse, el mejor sueño que habían tenido jamás... Ahora, de nuevo, estaban en la habitación de un hotel perdido en medio de un lugar desconocido. Ella lo había llamado, él jamás dejó de vigilarla como un espía en celo... Y aunque ambos habían intentado seguir sus vidas, la vida los cruzó, otra vez en el mismo sendero, sin esperarlo. Él rozó sus labios sobre los de ella, sus párpados se abrieron y ella respondió mordiéndole con ambrosía su húmeda boca. Ya no había obstáculos entre ambos, nada, ni nadie que los pudiera separar. Y todo ese deseo que se condesó y se ocultó en las profundidades del alma ahora brotaba entre jadeos, susurros, gemidos y palabras de amor.  "Te dije que te amaría para siempre" su voz ronca la arrullaba "nunca dudé de ti, a pesar de todo lo que nos hicimos, a pesar de nuestras discusiones, yo sabía que me amabas de verdad" no dejaba de acariciarle su pecho... "Perdóname por dudar de ti, ha sido tan duro amor"... Ella lo calló con un dulce y tierno beso " Siempre te perdono, y lo sabes, perdóname a mi por haberte hecho esperar tanto... por todo" el empezó a moderle el cuello y subió con su lengua  hasta su lóbulo murmurando " no puedo creerme que te tenga otra vez entre mis brazos" se giró sobre ella y Luna lo envolvió entre sus piernas, acercando su humedad a su sexo y él entró en ella como aquel que lleva un siglo en el desierto y encuentra un hermoso oasis, muerto de sed, así había estado toda su existencia sin ella, sin vida. Y ella incompleta sin encajar en realidad a nada y a nadie, ahora sólo sentía plenitud y dicha. Y todo lo que sintieron alguna vez en otros planos de la existencia, cobraba por fin un sentido más profundo, superando todo lo que alguna vez se habían imaginado, pues  se entregaron por fin el uno al otro en todos los niveles, y en todos los sentidos. Y la realidad superó todas las expectativas, porque cuando se ama de verdad ese amor te golpea hasta dejarte sin sentido, así se quedaron al materializarse un sueño que compartieron en la travesía de un verano del pasado.











© LOLA SÁNCHEZ

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